La noche antes



Muy profundo, en el anverso de sus emociones, Juana palpita, se abre Juana de flor y sombra, se interna por el pasillo de mañana. Juana y su pereza, Juana perdida en el tiempo del vacío, Juana anclada en una eternidad sin nombre... Esto y no otra cosa es lo que ahora se revela. En esta esfera nocturna y plácida, quieta todavía en el calor de la casa, con el sueño conocido y amado a su alrededor, Juana respira hondo y piensa en el corto espacio que es el puente entre universos, y se deja lamer por la calma de sus manos, y se deja esparcir por el cálido semblante de las letras, y se deja tocar por el humo voraz de un sosiego que la invade... y Juana se deja.