Sábado


Así, dando la cara, Juana abre fuego contra un sábado sin horas. No hay tiempo se dice convencida de lo escaso, no hay tiempo rumia desde el rincón sentado de su indolencia. Para cargar las balas, ha dejado Juana que dieran las diez del pulso. Abarca, con latidos de tensión y vistazos huidizos, todo el tedio de tareas. Repasa de dos en dos los holocaustos que quiere perpetrar, resume, deshecha, coteja el tiempo de cada rincón de polvo, sube al techo de la araña, busca el descosido, moja las tazas y cucharas, maneja concienzuda el congelado, abrocha las sábanas evaporadas, y todo, todo, lo claudica y amontona Juana, a cambio de escuchar la efervescencia del teclado.

1 comentario:

  1. transparente y bonita en su matriz, reencuentro sediento de poeta,
    fluidez y tierra de tus manos abrazando lo cotidiano de terciopelo, María Juana, Pérez

    ResponderEliminar