¡De prisa, de prisa...!




No tiene horas suyas Juana Pérez... se fueron hace tanto sus horas que ya no recuerda cómo se marcharon. A veces piensa en buscarlas. Mientras friega los platos, atiende una llamada, hace las camas, fotocopia unos documentos, plancha unas camisas, redacta un informe, hace la cena... Juana intenta recordar por dónde se van sus horas, qué dirección toman cuando creen que no son necesarias. Rememora el desprecio con que las trata, la indiferencia y el rito deshecho con que son sus horas desperdiciadas en la creencia de que siempre estarán ahí.

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